Cuando emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.
Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.
Ten siempre a Itaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Mas no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin aguantar a que Itaca te enriquezca.
Itaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.
Aunque la halles pobre, Itaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las Itacas.
C. P. Cavafis. Antología poética.
Alianza Editorial, Madrid 1999.
Una persona muy especial nos mostró no hace mucho tiempo atrás este maravilloso poema de un autor llamado Kavafi. Esta persona a la que me refiero cree firmemente en la libertad, la felicidad pura y en que existen muchas maneras vivir.
“Viaje a Itaca” es perfecto como introducción y nombre para este espacio.
Hemos comenzado un viaje, teníamos un sueño y lo estamos haciendo realidad. Este no es el único pero sí el primero de una larga lista.
Nos gustaría abrir una pequeña ventana para mostrar y compartir (si lo deseáis) con vosotros nuestras andanzas.
--- by Nuria
Y aquí nos encontramos, en el principio de nuestro viaje. Un viaje que realmente no tiene destino alguno.
Cuando decidimos empezar esta aventura hace casi dos años lo hicimos sin objetivos ni metas. Hoy seguimos sin tenerlos y de eso se trata, de dejarse llevar, de gustar, sentir, explorar y experimentar nuevos lugares, placeres culinarios, culturas, gentes y formas de entender la vida además de las cosas impredecibles que nos esperan.
Con solo una mochila a nuestras espaldas que llenamos con nuestros enseres en menos de una hora (un tiempo record para nosotros) estamos listos para coger el vuelo hacia Bangkok con escala de diez horas en Deli…
¡Hasta luego Europa, bienvenida Asia!
--- by Robert